AMOR Y BASURA
Jorge Santana
Al pie de un edificio y de la noche
tendría frío si fuera alguien
alguien
de ese todo que queda
ese que transcurrió
y acabó una botella, trasquiló su cabello
y se bebió en un vaso el último café
pues la taza está rota y hoy la habita un insecto
que come sangre seca de un trozo de algodón
y muere sin ser nadie
en todo eso que queda
atrapado en las sombras
de una bolsa de plástico
al pie de un edificio y de la noche.
***
El saco de basura:
la felicidad boba de un juguete ahora inútil
de una caja de píldoras
que salvó de otra caja la vida de algún hombre
las lágrimas y el agua de la piel
humedades del sexo y de la sangre
de ese costal que somos
y que se saca a veces al frío de la existencia
para perdernos o para ser llevados
como si Dios nos olvidara
hasta que el hueso viejo se rompe como taza
y, fruta madurada, se vicia el corazón
porque hay junto a esas bolsas
durmiendo enmascaradas
bolsas que sí son hombres.
***
Quede claro que fuimos
que estuvimos aquí
y que ebrios de desprecio
trozamos en pedazos una carta
que no pudimos leer
y la empacó la culpa
en un saco de plástico oscuro como noche
tragado por silencio
llevado en un camión lejos y lejos
hasta ese lugar
adonde siempre parece que amanece
entre papeles rotos
y botellas que fueron alegrías
entre huellas de nadie
y uñas que crecieron tan incómodamente
como animal que huye con nosotros
allá donde la vida se quema por la sal
del mar del extravío
adonde nadie busca leer correspondencia
aunque ahí estén las letras de un mundo más preciso.
***
Porque fuimos humanos y el corazón crecía
disminuyendo el cuerpo
disminuyendo el tiempo
como el juego tan triste de la luna y el sol
que acabaron un día por devorarlo todo
engendrando su fruto de la luz y las sombras
un día más
un día menos
saco negro y mojado con serrín de la vida
y balas que no usamos para matar el tiempo
porque el tiempo mató
en oportunidades
en alimento que por no alimentarnos
nos volvió más profanos
un día, y otro, y otro…
***
Si de toda esa vida derrochada
germinara otra vida más justa
si la memoria
que un día fue un corazón
pudiera ahora gritar
¡si tan sólo existiese todo eso!
¡si eso mereciera más vida que otras vidas!…
Si Dios pudiera ver que el tiempo que tiramos
es aun más valioso que el que nos subsiste…
en esta obra de teatro sin actores
que fuimos y cumplimos
al pie de un edificio y de la noche…
***
Sin más casa que el mundo para sentir el frío
de un saco de basura en medio del silencio
tan lleno de recuerdos estúpidos y dignos
de alguien a veces grave y a veces feliz
que arroja su cabello, sus retazos, sus uñas
su sangre en un pañuelo
y el licor de su sexo gastado en ilusiones
del que un insecto
hoy bebe y muere ciego…
***
¿Alguien oye pisadas?
¿Alguien notó ese viento?
Una rata amamanta a su cría que chilla
la luna está en sus ojos
como habitan las eras los destinos
Y su instinto
quisiera comprender su lugar en el cielo
porque sabe que es cielo
como todos lo somos
en el sendero lácteo que dictaron ancestros
No hay madre que se niegue
a ser madre del mundo
arrepentida
eufórica
sea rata o mujer.
***
Confesarse a la noche y escuchar el poema
de esta otra cara inmunda que existe de la vida
que persiste en cada átomo en caída
en caos
su propio amor a Nadie dedicado a algún dios
y ese placer oscuro que por ser hombres somos
de acercarnos la muerte
como viniendo de ella hacia la vida
como si a ser niños nos fuésemos perdiendo entre matorros
siguiendo rastros sucios y aromas nauseabundos
de todo eso muerto
que a veces es perfume para que el alma entienda
aquello que es perderse.
***
Porque nadie habla de eso
de no ser la embriaguez cuando se habla a sí misma
y se busca en un túnel sin salida
ahí donde un ratón se convierte en un hombre
y roe sus ideas
de muerte y de progenie
de ser padre y semilla
como si en una tumba
en una caja, en otra…
mareado por la peste
se pudiera dar vida
a todos estos sueños
cuando se va a dormir.
***
Si un saco de basura consiguiera ser alguien
lo arroparía la noche
y amasaría su polvo con el pelo y la sangre
para hacer un incienso
que evocara
las almas vagabundas
la oscuridad
en que transcurre la noche solitaria
esperándonos
en la vigilia eterna
debajo de todas las palabras
latiendo con su amor en la basura.