OCASOS
Un llavero de sol tenía mi madre
con el que abría los sótanos donde él se escondía
En invierno marchaban muy juntos
Dios hablaba por ellos
les delataba al besarse en el mismo rincón
primero iba uno
y el otro le seguía el rastro
Los años tenían cerca una estrella de carne
una puerta amarga y luminosa
Los dos eran del rojo de una noche temblando
Él le extendía las manos sin ojos en la cara
y ella ponía un canario en el hueco de sus párpados
Las pestañas de él forjaron una jaula
se perdieron otra vez
Cuando vino la última edad
se besaron realmente envueltos en este papel
Él sin querer tragó la llave de la jaula
se ahogaron las palabras
entonces el canario cantó de miedo atrapado en el poema
y el puño de mi madre nunca volvió a soltar las letras.